Muchas veces nos piden que aceptemos gatos cuyos dueños están muy enfermos o que, por cualquier razón, ya no pueden cuidarlos. Esto siempre nos rompe el corazón porque entendemos que estos dueños aman a sus animales y quieren saber que estarán seguros y cuidados. En el pasado, hemos aceptado algunos de estos gatos y como los gatos mayores rara vez son adoptados, los hemos reubicado en el rancho. Desafortunadamente, el resultado es raramente positivo. Muchos se deprimen mucho y se retraen, se asustan mucho y algunos simplemente desaparecen. A pesar de que la vida en el rancho les proporciona un ambiente seguro, comida, agua y refugio, es muy diferente de lo que están acostumbrados a recibir – comida de primera en su propio tazón, dormir con mamá y papá en una cama cálida y cómoda, ¡y no tener que compartir su caja de arena con toda una multitud de extraños!

Cuando una de nuestras voluntarias descubrió que necesitaba una cirugía de emergencia y el resultado de la misma era cuestionable, una de las primeras cosas que hizo fue contactar a sus amigos cercanos para preguntarles si cada uno de ellos se encargaría de cuidar a uno de sus gatos, en caso de que fuera necesario. Ella fue a la sala de operaciones sabiendo que, cualquiera que fuera el resultado, sus bebés serían bien amados y bien cuidados.

Cuando hagas un testamento o un manifiesto de “Cuando yo muera” para tus seres queridos, por favor piensa en añadir una sección que cubra tus deseos para el cuidado de tus pequeños. Ponte en contacto con amigos o parientes en los que confíes y que acepten de buen grado a tu bebé en sus corazones y en sus hogares, proporciona a estos “tutores” información escrita sobre el cuidado de tu pequeño (preferencias alimenticias, información médica y veterinaria, juguetes favoritos) y asegúrate de mantenerla actualizada si cambian tus circunstancias.

De la misma manera que un último testamento provee para tu familia humana cuando te hayas ido, tal documento asegurará que tu familia peluda sea cuidada también.